26.4.14

Opuestos

Incluso en la soledad hay cierta hermosura, en su melancolía. Es casi necesaria, en una relación simbiótica casi parecida a la del recuerdo y el olvido. Esos polos opuestos que suelen atraerse de manera tan necesaria, tan inevitable. En el trayecto vital, uno aprende a apreciar esta manera única que tiene la vida de pasar. Tan irrefrenable y constante. Tan llena de altibajos y contrapuntos. Como una pieza musical llena de pasajes que se corresponden de tal forma que encajan. Y ya no se trata de vivir el olvido como algo malo o la dicha como algo bueno, sino de disfrutar de ambas partes de la obra. Ya no quería mirar el mar porque ella no estaba conmigo. Ahora lo miro porque solíamos hacerlo juntos.

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