6.11.21

Mil versiones unaúnica

Escucha bien. De cerca. Pegá la oreja contra la pared. No importa ni siquiera la falta de atención. Importa que tengas la oreja pegada ahí. Escuchá cómo pasa el tren. Te tendría que estar llevando         ¿Por qué te quedaste?         Esto que pasó no era lo que tenía que pasar, un déficit en el modelo para armar que es tu vida, una falla de imprenta en tu librito rudimentario de cosas por hacer. Una cosa más para deshacer, un cuaderno más para escribir. Nunca te importó estar tan presente y no te costaba hacía mucho vivir el ahora. Intentar aprender algo mientras no sabés ni cómo te sentís ni qué es lo que querés… más difícil que tener casi treinta años y no saber qué estás haciendo ¿Qué te califica como fracaso? ¿Existe el fracaso? ¿Existe el éxito? Lo que signifique ser exitoso siempre pareció alejarse con cada meta cumplida y desde adentro siempre sentí que seguir viva era todo el éxito que necesitaba. Porque no es fácil estarlo y uno pensaría que el éxito es algo difícil de conseguir. Ser médica fue fácil, lo difícil fue mantenerme con vida hasta hoy: Lunes de octubre del veinteveintiuno. Una marca en el tiempo-espacio que es este universo, donde todo existe en el mismo momento sólo que no lo podemos ver. Estás en este tiempo y está en este espacio, la dimensión que te contiene es única y es la misma para todos. Hilvana deseos de todos los planetas, destellos de todas las cosas que alguna vez existieron. Y vos agradecés seguir existiendo también, junto con todo esto. Al mismo tiempo. Siendo que no hay otra opción. Nunca la hubo. Vas a existir para siempre

No hay comentarios:

Publicar un comentario