22.4.20

El arte de fingir dolor



Para creer que ayer no es hoy.  
No ves que pasó el tiempo,  
Asentir con la cabeza 
A sentir el calor de esa hoguera 
quemándose bajo techo 
Fingir que ya es hoy 
Que no es ayer 
Que pasó tiempo 
Que el sol que se fue, 
cuando salió, ya no era el mismo 
Que ya te fuiste. Que no me quema. Que no me abraza.  

No estaría encendido 
No debería estarlo  
afuera el tiempo  
Que se vaya, afuera 
El ajeno a todo 
Cuánta crueldad hay  
en invalidar un sentimiento 
Por lo que debería ser y se niega 
Efímero. 
Y más envejece, peor 
Pasa a ser ridículo que importe 
Ridículo el fuego 
Entonces la arena de la vergüenza cae  
                                lo aplasta y lo apaga.  

En este punto de mi mente te quedás, hasta acá te dejé avanzar. Y el humo lo inunda todo y no se distingue otra cosa más que un leve espectro de llama hecho de aire y partículas plateadas. Debía de ser importante aquello que se quemó. Debía serlo.  

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